Diseño de sala térmica con alta demanda de agua caliente sanitaria (ACS)

26 de marzo de 2024 | Solución térmica

Nuestra solución en el diseño de sala térmica, cambiando a materiales de cobre e inoxidable, ofreció un sistema más saludable y eficiente para nuestro cliente con alta demanda de agua caliente sanitaria.

Desafíos del sistema anterior

El sistema anterior de distribución de agua caliente sanitaria (ACS) enfrentaba problemas significativos debido a su materialidad en PPR (polipropileno). Estas dificultades incluían fallas recurrentes que comprometían tanto la eficiencia del sistema como la salud de los usuarios, motivando la búsqueda de una solución más robusta y segura. La elección de reemplazar el sistema con materiales de cobre e inoxidable surgió como la respuesta ideal para abordar estas preocupaciones, prometiendo mejorar la calidad del agua y reducir los riesgos para la salud.

Selección de materiales: cobre e inoxidable

La transición hacia el cobre e inoxidable como materiales para el sistema de distribución de ACS se debe a sus destacadas ventajas. El cobre es conocido por su durabilidad y su capacidad para resistir la corrosión, manteniendo la integridad del sistema a lo largo del tiempo. El inoxidable, por su parte, ofrece una superficie lisa que impide la acumulación de sarro y bacterias, asegurando que el agua se mantenga pura y segura para el consumo, contribuyendo así a la salud de los usuarios y la eficiencia del sistema.

El rol de Energo: diseño de sala térmica

Energo desempeñó un papel crucial en la transformación del sistema de distribución de ACS, encargándose del diseño y el análisis de flexibilidad para el nuevo sistema. Su intervención garantizó que la selección de materiales y la configuración propuesta cumplieran con los estándares de calidad, eficiencia y salud requeridos, marcando una diferencia significativa en el rendimiento del sistema y en la satisfacción del cliente.

Beneficios y resultados del nuevo sistema

El reemplazo del sistema por materiales de cobre e inoxidable mejoró significativamente la calidad del agua, minimizando los riesgos para la salud asociados con la acumulación de sarro y la proliferación de bacterias. Este cambio contribuyó a un ambiente más seguro y saludable para los usuarios, demostrando la eficacia de una cuidadosa selección de materiales en proyectos de infraestructura crítica.

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